lunes, 20 de octubre de 2014

Cierre

Vengo a vomitar.

La ultima entrada fue, 24 de junio de 2013.

Hace 14 días terminé un relación de 3 años, 6 meses, 2 días y un par de horas. En estos catorce días estuve muy ocupado. Conseguì laburo, me compre una mochila, volví a la época en la que perdía todos y cada uno de los colectivos que debía tomar, me compré unos botines de futbol,  dejé la facultad, me emocioné viendo partidos de futbol, me despidieron de ese laburo, me indigné escuchando pelotudeces en la gente, bailé folklore por primera vez en mi vida, escuche musica nueva y pasé una noche entera sin dormir... escuchando.

No se que busco escribiendo acá. Creo que vomitar, como cuando el alcohol sobrepasa tu capacidad de aguante y la mejor sensación que puede tener tu cuerpo es el deshacerte de todo eso.

Creo que venía bien. Mi viejo me mira con cara de lastima, y cuando le digo que estoy bien, que terminamos por amor, me mira con pena. Y me dice: -No hijo, vos realmete estas mal. No lo entiendo, ni lo voy a entender nunca. - Se supone que quiero superarlo, no me digas las cosas que te estoy diciendo que no quiero escuchar. Aunque sean ciertas! No me rompas las pelotas.

No hubo caso, tuve que dejarlo hablando solo.

Pero hoy la ví . Y no voy a decir que después de 14 días, porque la veo en todos lados, nos imagino charlando y me siento mejor. No importa como avancen las cosas, no importa que nos tratemos como desconocidos cuando hablamos, o que hagamos como si no pasara nada. Yo al menos, veo el amor, veo el esfuerzo de los dos por seguir adelante. Y no es culpa de nadie, y no hay nadie más que ella y yo. Pero crecimos... y hoy es diferente. Somos diferentes, pero siempre somos. Nunca fuimos, siempre somos. Hoy, no juntos. Pero nunca separados. Estoy orgulloso de eso, creo que es uno de los sentimientos y logros más hermosos que voy a tener en mi vida.

No voy a hacer un resumen de todo este tiempo, no voy a decir nada más. Solo vengo a vomitar, que ella, tan bella, tan grande y tan mia, tan del mundo y de nadie. Lo dió todo para mi. Ella me enseñó a amar, ella me enseño todo. Hoy es raro, y creo que voy a tardar en caer.

Como dije, hoy la ví. Senti que metian mi corazón en una licuadora. Estuve muy nervioso y me concentré más que nada en no perder la coherencia. En no tropezarme, en no dejarme llevar. Ahora me golpeo la cabeza contra la pared, porque no pude mantener la mirada en sus ojos. Pero realmente no pude, no tuve el valor.

Tus ojos siempre fueron el universo en el que elegí vivir. En el que me deje partir, en el que decido morir.
Y que no me vengan con boludeces, porque sé que vos me amas, sabés que yo te amo y hoy estamos así, porque nada es más fuerte que lo nuestro, ni siquiera nosotros mismos. 


Así me despido de este blog. Te amo, porque te ví venir, y no dudé, te ví llegar y te abrasé. No puedo creer en lo rápido que se pasó el tiempo, la puta madre. Pero cada momento, cada beso, fue eterno, y eso no va a morir jamás. Sos lo más puro que pasó por mi vida. Te abrazo con el alma a cada segundo, cada día y cada noche. Hasta el final de los días.

Gracias .

lunes, 24 de junio de 2013

Confesiones II



Me gusta platicar con los pájaros. De madrugada, en lo posible.

Y ¡Cómo extraño escribir!
y sentirme un Joaquinito, como mi hermano, o Sabina.
Quiero volver a darle la intensidad de Galeano a mis días,
quiero darle el gesto de idea a mis hazañas.
Quiero saber amar como Valentina Paola.
Quiero tener el valor, que siempre tuvo mi vieja.

También creo que ella merece esa diversión,
que nunca tuvo, o eso creo yo.
También quisiera que escribamos un libro,
y en él, también, sacarnos la ropa y el dolor.

Confieso que amo cantar bien alto,
con Nico o Lucas, sentirnos Noble, Calamaro.
Extraño escribir textos y sentirme un poeta.
Amaría escuchar al amor de mi vida decir:
                                                                Quiero ser tu musa.

Soy consciente de que me engaño con ciertas cosas.
Odio la idea misma de querer ser diferente.
Quisiera no abatatarme cuando voy a tacklear.
Me miro frente al espejo, me guiño y sonrío.

Mato por ser esa mejor versión.
Pero no quiero dejar nada.
Ojalá fuera más fácil que las cosas sean mas complicadas.
Solo para escribir, como ahora.

Y así voy, y así sigue la historia.